AHIMSA: EL CAMINO HACIA LA NO VIOLENCIA Y EL RESPETO A LA VIDA

 

“La tormenta ruge sobre mí. Calmo mi corazón y envío lazos de paz”.

C.L.

 

¿Qué es Ahimsa?

Ahimsa es una palabra con raíces en la filosofía sánscrita que promueve la ausencia de violencia y el respeto hacia la vida.

Se asocia comúnmente con la idea de paz y respeto por los seres con capacidad de sentir.

En la práctica de Yoga Ahimsa es la base, es el primer paso, y no sólo eso, pues todo el proceso de Yoga se basa y se fundamenta en la práctica de Ahimsa.

Ahimsa es una actitud hacia uno mismo, hacia la práctica de yoga y hacia la vida.

Vivir desde una actitud amorosa, respetuosa y amable es vivir desde Ahimsa.

¿Te interesa saber más? Entonces te invito a seguir leyendo…

 

Significado de Ahimsa

Ahimsa significa literalmente “no violencia”. 

 

 

Deriva de la raíz sánscrita “hims” que significa lastimar, dañar, herir, golpear, matar, destruir. “Himsa” es lesión o daño. Cuando le añadimos la “a” delante, “a-himsa” sería el opuesto: no dañar, no violencia.

Ahimsa se traduce como no violencia, no hacer daño, actitud de benevolencia y cuidado en todos los planos: físico, verbal y mental. Respeto a la vida, a todos los seres vivos, a la naturaleza y a nuestro entorno.

Pero es muy importante señalar que ser respetuoso y amoroso con el mundo y con los demás seres, implica primero serlo con nosotros mismos.

 

Símbolo de Ahimsa

 

 

Ahimsa se representa comúnmente con la rueda del Dharma (Dharma Chakra) en la palma de la mano. Simboliza el voto jainista de la Ahimsa: el ciclo de reencarnación a través de la paz y la no violencia.

Por lo tanto, en varias filosofías, el concepto de Ahimsa busca evitar el desarrollo de un mal karma.

 

Origen de Ahimsa

La primera aparición del término Ahimsa en el contexto de la filosofía india, se encuentra en las escrituras hindúes llamadas Upanishads, que datan del año 800 a.C.

Religiones como el budismo, hinduismo o jainismo lo tienen como una importante doctrina. 

La ideología del movimiento originado por Mahatma Gandhi se basó en Ahimsa.

Precisamente, fue él quien dio a conocer este concepto en occidente, inspirando posteriores movimientos por la igualdad y los derechos civiles liderados por Martin Luther King y otros.

Hoy en día, muchas personas conocen Ahimsa gracias a la práctica de Yoga. La reciente popularidad de esta ciencia y de la meditación en occidente, ha ayudado a que muchos de nosotros conozcamos y estemos familiarizados con este y otros conceptos de la filosofía india.

 

Ahimsa, el primer yama de los yogas sutras de Patanjali

 

Ahimsâpratist hâyâm tatsannidhau vairatyâgah (Yoga Sûtra, II.35)

 

Practicar Ahimsa (la no violencia), se erige como núcleo y fundamento de toda la filosofía y la práctica del yoga.

Es el primer paso, el primer eslabón de la escalera de los 5 principios universales éticos y de conducta hacia los demás y hacia la vida (yamas).

 

En las escrituras de los Yoga Sutras de Patanjali,  se describen 5 yamas:

  1. Ahimsa, la no violencia
  2. Satya, verdad, autenticidad
  3. Asteya, no robar
  4. Brahmacharya, regulación del deseo
  5. Aparigraha, no posesión, no acumular.

 

Por tanto, Ahimsa es el principio básico para poder desarrollar el resto de principios y todo el proceso de Yoga.

Podría decirse que es imposible el yoga sin Ahimsa.

 

Entender Ahimsa desde la perspectiva del Yoga: consciencia

Matar y hacer daño físico son formas muy burdas de violencia que se ven y se entienden fácilmente.

Sin embargo, muchas veces cuando nos sentimos apurados, temerosos, impotentes o desequilibrados y nos tratamos con dureza, estamos siendo violentos con nosotros mismos de manera muy sutil y, a menudo, sin ser conscientes de ello.

Patanjali habla de Ahimsa como una actitud mental, más allá de lo que hacemos literalmente. La violencia puede darse, pero se vuelve no violenta cuando somos conscientes.

Ahimsa comienza con el respeto, la aceptación y la no violencia hacia uno mismo.

Para respetarse a uno mismo primero hay que conocerse. Y el autoconocimiento se basa, de nuevo, en la consciencia. 

La práctica de Yoga nos hace más conscientes y nos hace ver que nuestra capacidad de tratar a los demás de forma no violenta está directamente relacionada con nuestra capacidad de no ser violentos con nosotros mismos.

El ser más conscientes desarrolla nuestra capacidad de ser más amables, sensibles, cordiales, compasivos, amorosos y tiernos hacia nosotros mismos y hacia los demás y hacia el entorno.

Ahimsa nos motiva a ser la mejor versión de nosotros mismos.

 

Ahimsa empieza en ti

Muchas veces somos violentos con nosotros mismos de manera tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta. Tratándonos como no trataríamos jamás a otras personas o seres queridos, con total falta de amor y sensibilidad.

Ahimsa nos invita a parar y ser conscientes de cómo nos tratamos a todos los niveles:

  • A nivel físico cuidando nuestro cuerpo con hábitos de vida saludables y una buena alimentación.
  • A nivel mental escuchando cómo nos hablamos y nos juzgamos a nosotros mismos.
  • A nivel emocional viendo si nos respetamos y nos acompañamos en los momentos difíciles.
  • Ver cómo de críticos y exigentes somos con nosotros mismos, cómo nos relacionamos con la culpa, etc.

En definitiva, ser conscientes de nuestro discurso interno, hará posible “darnos cuenta” y poder cambiar estos patrones de pensamiento que nos hemos acostumbrado a utilizar. 

¿Te suenan estas expresiones?

«Ves, ya lo has vuelto a hacer»

«Nunca lo vas a conseguir»

«Ellos lo hacen mejor que tú»

«Tú no puedes aspirar a eso»

«Esto no es para ti»

«¿Otra vez te has cansado?»

«Siempre metes la pata» 

«¿Cómo se va a fijar en ti?»

Seguro que jamás hablarías de este modo a alguien que quieres, ¿verdad? Mira lo duros que podemos llegar a ser con nosotros mismos… Ahimsa te recuerda que debes quererte y respetarte por encima de todo pues este es el primer paso en la senda hacia la felicidad y la realización.

Los pensamientos que pasan por nuestra cabeza y que nos creemos, tienen un impacto enorme en nosotros y en nuestra vida. El poder de la mente es inmenso, por eso es muy importante ser conscientes y que nuestros pensamientos sean positivos, que nos digamos cosas bonitas y seamos amorosos con nosotros mismos.

Te invito a aplicar la “no violencia” en tu vida cotidiana, a ser más consciente y recordar y aplicar estos preceptos de Ahimsa: 

  • No utilices la violencia hacia ti mismo/a, ni de pensamiento ni de palabra. 
  • Trátate con respeto.
  • Sé benévolo/a contigo.
  • Deja de criticarte.
  • No te riñas ni te ofendas con malas palabras.
  • Háblate con consideración.
  • Sé realista y racional.
  • No te compares con los demás.
  • Descubre hasta dónde puedes llegar tú.
  • Acepta que querer no siempre es poder. Y no pasa nada.
  • Descubre quién eres.
  • Haz las paces contigo.

Y recuerda, a medida que te trates a ti mismo con amor y respeto podrás dar más amor a los demás y al mundo.

 

Ahimsa en yoga

A veces, la práctica física de yoga puede parecer difícil debido a asanas, movimientos y ritmos que nos sacan de nuestra zona de confort.

En la práctica, nos encontramos con pequeños desafíos constantemente y esto son magníficas oportunidades para darnos cuenta de cómo cómo funcionamos, de cómo actuamos y sentimos y de la actitud que hay detrás de la acción.

Durante la práctica de yoga está bien preguntarse:

  • ¿Cómo es mi diálogo interior cuando pierdo el equilibrio en un asana? ¿Cómo me hablo? ¿Cómo me trato? ¿Me presiono o me critico?
  • ¿Respeto los límites de mi cuerpo y mi respiración o intento ir más allá? ¿Acepto el punto en el que me encuentro? ¿Cómo actúo cuando estoy sintiendo que estoy fuera de mis límites?
  • ¿Me comparo, me juzgo, me autoexijo? ¿Compito conmigo mismo o con los demás?
  • ¿Practico desde la mente o desde el sentir? ¿Soy amable con mi cuerpo y conmigo mismo?
  • ¿Puedo adaptar la práctica a este momento y a mis posibilidades ahora?

La base de la práctica es la actitud amable, la aceptación del punto en que nos encontramos y, sobre todo, realizar una práctica desde la verdadera y honesta escucha del cuerpo.

Esta autoescucha nos ayudará a conocernos mejor, aceptarnos y poder transformar todas estas tendencias inconscientes. A llevar más y más consciencia a nuestros actos, no solo en la esterilla, sino también fuera de ella.

 

Ahimsa fuera de la esterilla

La práctica de Ahimsa en la esterilla nos lleva a desarrollar una actitud más amorosa hacia nosotros mismos.

Poco a poco iremos practicando Ahimsa también hacia fuera, integrando todo lo que vamos aprendiendo y llevando consciencia a nuestra vida, a nuestras acciones cotidianas y a nuestra relación con los demás y nuestro entorno.

Esta consciencia nos lleva a poner más atención en nuestro día a día, a ser más conscientes de cómo actuamos, a ser más conscientes de lo que hacemos y pensamos. De esta manera podemos identificar cuántas veces podemos ser violentos con nosotros mismos sin tener intención, observar si te juzgas por algo que has hecho, ser consciente de lo que te dices a ti mismo.

Si te sorprendes castigándote, culpándote o repitiendo patrones de pensamientos negativos… al darte cuenta, recuerda y aplica Ahimsa.

Despierta un sentimiento de aceptación y amor hacia ti mismo, permitiéndote fluir sin reproches ni castigos.   

Algunas de las reflexiones que puedes hacer respecto a Ahimsa en tu día a día podrían ser:

  • ¿Cómo reacciono emocionalmente?
  • ¿Me escucho en cada momento?
  • ¿Qué siento?
  • ¿Dedico tiempo para mí mismo/a?
  • ¿Me acepto tal y como soy?

¡Recuerda!

La actitud que tienes ante la práctica de yoga es la misma que tienes en tu vida, por eso las reflexiones y preguntas que te haces durante tu práctica (apartado anterior), puedes recordarlas y aplicarlas también en tu vida.

También podemos centrarnos en desarrollar una actitud compasiva.

La compasión es uno de los aspectos de Ahimsa y es una cualidad del alma que nos lleva a la paz y el bienestar con nosotros mismos, con los demás y con el entorno. El ser más conscientes y coherentes con nosotros mismos y con nuestras acciones y pensamientos nos lleva a ser más comprensivos y compasivos.

El hecho de meditar honrando este espacio interior de pura consciencia donde todos somos uno, donde no hay separación ni limitaciones, es también una buena manera de cultivar Ahimsa.

 

Cómo practicar Ahimsa

La práctica de Ahimsa también incluye estar atentos a nuestros pensamientos e intenciones para actuar de forma no violenta. Características como la amabilidad, cordialidad, suavidad, ternura, comprensión, paz, comunicación, amor, compasión y empatía son propias de Ahimsa.

 

Formas de practicar Ahimsa: 

  • Sé agradecido con lo que tienes, con tu familia y las personas que te rodean.
  • Haz una lista diaria de gratitud. Apunta al menos cinco cosas por las cuales te sientes agradecido ese día.
  • Evita criticar a los demás y a ti mismo. Tú tienes tu camino, los demás el suyo; respeta ambos.
  • Deja la queja, si al quejarte no puedes solucionar nada mejor callar, pues además de no arreglar nada la queja crea energía negativa y malestar para ti mismo y a tu alrededor.
  • Ten conciencia de lo que comes. Recuerda que los alimentos que ingieres te afectan a distintos niveles.
  • Cuida tu cuerpo con hábitos saludables.
  • Cuida el espacio donde vives.
  • Ten consciencia de lo que piensas, dices y haces. Respeta a los demás y a ti mismo.
  • Duerme bien. Deja que tu cuerpo descanse y pueda recargar energía.
  • Trata a los demás seres con amor y respeto.
  • Cuida el medio ambiente.
  • No entres en la negatividad, comparte solo lo positivo.
  • Todas las mañanas al despertar o antes de dormir, medita unos momentos. Cierra tus ojos, siente el latido de tu corazón y desde ahí, repite tres veces el mantra: “Que la paz habite en los corazones de aquellos en los que habita la violencia”.

 

Beneficios de Ahimsa para la salud

Vivir desde una actitud amorosa, amable y compasiva no solamente nos acerca a nuestro espíritu y nos llena de paz a nosotros y a las personas que nos rodean, sino que la ciencia en los últimos años ha comprobado que la gentileza ayuda a nuestra salud. Incluso influye en nuestro ADN, ayudando a regenerarse para vivir más y en mejores condiciones.

Increíble, ¿verdad?

 

¡Da el primer paso!

Para acabar, te invito y te animo a que empieces a poner en práctica Ahimsa, a tenerlo en cuenta en tu práctica de yoga y a ser más consciente también en tu día a día. 

Ahimsa es el primer paso…

El primer paso hacia una vida más consciente, más feliz y más plena.

Namasté

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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