¿Qué es Yoga para mí?
“Yoga es el viaje del Ser, a través del Ser y hacia el Ser”
Bhagavad Gita
Muy simple: ¡Yoga para mí es VIDA!
Ahora te explico por qué… Pero antes, ¿quieres saber cómo el yoga llegó a mi vida?
Llenando vacíos gracias al yoga
Descubrí el yoga en el año 1995. En aquella época me sentía un poco vacía. Imagino que, como muchos otros, estaba pasando por un momento de crisis existencial.
La vida, tal y como yo la estaba viviendo, no me llenaba en absoluto.
Me preguntaba si eso era todo y vivía con la sensación de que me faltaba algo.
Un día, mi pareja me animó a acompañarle a una clase de yoga y, en cuanto entré en la sala, sentí que aquello era lo que estaba buscando.
Esa clase fue una invitación a conectar conmigo misma: la música, el incienso, la conexión con mi cuerpo y mi respiración. Ese espacio interior de presencia y silencio…
Más adelante entendí que ese silencio siempre había estado (y está) ahí, pero lo había olvidado y no sabía cómo acceder a él.
Disfrutaba practicando yoga. Enseguida empecé a experimentar sus beneficios en todos los ámbitos de la vida. No solamente en lo que se refiere a la salud y el bienestar físico y mental, sino también como camino espiritual y encuentro con el Ser.
Sí, ¡por fin había encontrado aquello que me faltaba!
Pasado un tiempo, tuve la necesidad de profundizar y saber más. Justo con ese propósito decidí empezar mi curso de formación. No para dar clases, solo como enriquecimiento personal.
En ese curso, además de profundizar en la práctica y en las técnicas de Yoga, descubrí qué es Yoga realmente. Conocí su parte filosófica: los 8 Angas de Patanjali, los Yamas y Niyamas, Yoga Sutras… Para mí fue todo un descubrimiento.
A pesar de que llevaba ya bastante tiempo practicando, nunca antes había oído hablar de estos conceptos filosóficos (ten en cuenta que hace unos 20 años el Yoga no estaba tan de moda como ahora, en que se habla de él con normalidad en la TV, revistas, redes sociales, etc.).
Gracias a esta formación, pude conocer la esencia del Yoga, su razón de ser.
Descubrí que Yoga no solo son posturas y ejercicios de respiración, sino que es algo mucho más importante y trascendental: una actitud hacia la vida, hacia los demás, hacia el entorno y hacia uno mismo.
Un camino de crecimiento personal y espiritual que abarca todo (mente, cuerpo y espíritu).
Entendí que no necesitaba buscar en ningún otro lugar, que con el Yoga ¡tenía un maestro y una guía para toda la vida! Cuanto más conocía, más crecía mi respeto y mi amor por esta ciencia milenaria.
Al terminar los 4 años de formación, y a pesar de que había aprendido mucho, sentí que no había casi ni empezado… Estaba segura de que el yoga tenía mucho que ofrecerme todavía.
Y, aunque no estaba en mis planes, casi por casualidad, empecé a dar clases.
Descubrí que dar clases me encantaba, que disfrutaba mucho compartiendo aquello que me hacía tanto bien. Esto me llevó a experimentar el Yoga de otra manera. Me permitió desarrollar y trabajar diferentes cualidades y actitudes. Me motivó a seguir formándome, a seguir aprendiendo para poder transmitirlo de la mejor forma posible.
Para mí enseñar, transmitir y compartir Yoga ¡también es Yoga!
¿Sabías que el objetivo principal del yoga es la calma mental?
Según Patanjali, Yoga es “chitta-vritti-nirodha”, que significa “calmar las fluctuaciones de la mente”.
Todo lo que hacemos en Yoga va enfocado a este objetivo.
¿Por qué calmar la mente?
Estamos acostumbrados a vivir desde la mente condicionada. Identificados con este cuerpo y con nuestros pensamientos y emociones. Esta sociedad nos educa desde muy pequeños a crecer desde el ego.
El ego se alimenta de deseos, de planes de futuro… Le damos mucha energía a nuestra mente cultivando valores que nos hacen daño: juicios, competitividad, división, egoísmo, arrogancia, envidia… Cuanto más ego, más tensión, menos paz y más lejos estamos del estado de Yoga.
La mente, como dice Osho, es un muy buen “sirviente”, el problema lo tenemos cuando le dejamos ser «el amo”.
Según los yoguis, el origen del sufrimiento y la enfermedad es la identificación con el cuerpo-mente. Por eso crearon todo un sistema para evitarlo:
- Empezando por las actitudes hacia nosotros mismos, los demás y el entorno (yamas y niyamas)
- Siguiendo con la práctica de los asanas (posturas de yoga).
- Y continuando por el pranayama (técnicas de control de la energía a través de la respiración) y meditación (enfocar la mente).
Todo ello para llegar al estado de calma mental: dejar la identificación con el cuerpo-mente y llegar a reconocer el estado del Ser, Samadhi (realización, iluminación).
La vida no sucede en ningún otro lugar que “aquí y ahora”
En la Sadhana (práctica de Yoga) trabajamos la consciencia, la atención-relajada, el estar presente.
Por desgracia, hoy en día lo más común es hacer una cosa y pensar en otra. Esta división nos crea tensión y sufrimiento.
La esencia del yoga es justo lo contrario.
La palabra Yoga, viene de la raíz “yug” que significa “unir, juntar, integrar”. Volver a sentir esa conexión cuerpo – mente – espíritu y esa conexión con la Existencia, con la Vida.
Mente y cuerpo en sintonía.
Y más allá de todo eso, el yoga te invita a cultivar actitudes que son cualidades del alma: amor, gratitud, comprensión, honestidad, sensibilidad, integración, humildad, aceptación.
Cuando uno siente amor, está en paz.
Cuando uno es comprensivo, está en paz.
Cuando uno es honesto, está en paz.
Esa paz es el objetivo.
No solo en la práctica de Yoga, sino también en la vida.
Por eso, lo verdaderamente interesante del Yoga es llevar esa consciencia y esas actitudes a la vida cotidiana, al día a día. Ser más consciente de lo que sientes en cada momento, de lo que haces y de dónde te encuentras.
Yoga es consciencia
Ser consciente para mí significa vivir la vida desde el espacio del Ser. Encontrar ese espacio interior de sabiduría, aprender a usar la mente correctamente y estar más conectada con mi corazón.
Reconocer ese espacio interior, más allá de lo físico, donde me siento en casa y desde donde, al mismo tiempo, me siento unida con la vida, con la existencia y con todos los seres.
La vida no es algo que te está sucediendo, ¡la vida eres tú!
La práctica de yoga te ayuda a tener una mente abierta, a fluir con el momento presente. Cuidar tu cuerpo y tu mente. Ser amoroso y sensible contigo mismo y con los demás y tu entorno. Ser honesto en tu pensamiento, palabra y acción.
Aceptación.
Hacer las cosas porque te hacen estar en paz, no por un objetivo concreto. Dejar de etiquetar y juzgar. Tener una actitud confiada hacia la vida…
En definitiva, una vida vivida desde la paz y la armonía.
¿Te gustaría parar y recuperar tu paz interior?
Descubrir el Yoga fue uno de los acontecimientos más importantes de mi vida. Me cambió a mejor. Cambió mis valores, mi manera de vivir y de sentir.
Marcó el rumbo de mi vida.
Después de cada Sadhana cultivo un sentimiento de profunda gratitud. Primero hacia el Yoga y después hacia la Vida, aunque para mí, Yoga y Vida son la misma cosa.
Como me sucedió a mí, muchos alumnos comparten con nosotros esa sensación de “en mi vida falta algo” o “no soy completamente feliz”.
Sin embargo, en esta sociedad va todo tan rápido que no nos da tiempo ni de plantearnos nada. Nos dejamos llevar por la inercia y el ritmo de siempre, aunque nuestra vida no la sintamos plena ni estemos satisfechos. Nuestro estado normal es estar siempre ocupados.
No se nos enseña a parar…
La práctica regular de Yoga te permite parar y “darte cuenta”.
Dejar que la mente descanse en el corazón. Dejar de pensar para empezar de nuevo a sentir. Sentir es presente, es aquí y ahora.
Darse permiso para “simplemente ser”… eso es Yoga.
Si tú también quieres experimentar todo esto que te he contado, y te gustaría hacerlo de nuestra mano, puedes venir a nuestro centro de yoga en Inca o puedes unirte a nuestra escuela de yoga online . También puedes contactar con nosotros si tienes cualquier duda
Si tú quieres, estaremos felices de acompañarte en este camino.
Y para ti… ¿Qué es Yoga?
Me encantará leerte en los comentarios.
Namasté